sábado, 26 de marzo de 2011

Tranquila, esta todo controlado.

Seamos realistas, la mayoría de las veces que utilizamos esta expresión es porque no tenemos nada controlado, es decir, tú crees que lo manejas pero en verdad otra parte de ti sabe que en cualquier instante se puede torcer todo rápido. Sí escuchas esta frase es cuando debes empezar a preocuparte.

No puedo evitar desconfiar y seguir alerta. No quiero que vuelva a suceder lo mismo, no quiero tener que volver a recoger los pedazos e intentar ayudar a unirlos. Se que nunca fue capaz de reconstruirse y esto lo veo como un paso atrás. Porque veo que cada día se va más de las manos y no se si es mutuo, lo dudo. "Desconfía y acertarás" sigue siendo mi lema. No estoy orgullosa de ello pero son demasiadas ocasionas en las que he podido utilizarlo ya... A las pruebas me remito.

Por eso cuando oigo que está todo bajo control ahí ya es cuando me doy realmente cuenta de lo arbitrario que es esa situación y el poco control que tiene sobre ella. Y de lo doloroso que será cuando piense en esto.

Otra parte de mí piensa que todo esto ya lo sabe y que solo está haciendo lo que cree que debe hacer: "actúa y luego piensas". Ya no se que pesar. Cada día entiendo y me entienden menos.


Ojala me equivoque.

viernes, 18 de marzo de 2011

Peor enemigo




Es aquel que siempre está ahí para joderte el subidón. El que te recuerda tus limitaciones y defectos, el que te hace dudar y sacar lo peor de ti. Aquel que impide que des pasos hacia delante y te hace sentirte a la altura de una hormiga. Lo peor de todo que jamás podré deshacerme de el...


¿Qué hacer cuando tu peor enemigo eres tu mismo? Cuando por mucho que lo intentes no puedes desprenderte de él por que sabes que va a volver. Si al creer que has conseguido darle esquinazo enseguida descubres que no, que solo estaba aguardando sigilosamente detrás de una esquina y tiene el poder de salir justo cuando menos lo necesitas.

Porque te das cuenta de que eres tu propia saboteadora. De que muchos de los momentos peores que pasas han sido por tus paranoias, por tu pensamientos retorcidos. Ese sentimiento de inferioridad cada vez se hace más grande y se alimenta de mi miedo, un bucle en el que me será difícil salir. Son esos propios pensamientos catastróficos los que te impiden abrirte, y es que no puedo evitar que me pese tanto el qué dirán/pensarán. Soy fruto de la inseguridad y desconfianza.

¿Qué hacer cuando sabes que por mucho que hagas siempre la acabarás cagando? Y que esto te acompañará toda la vida...