jueves, 28 de octubre de 2010

(*)



"Luego regresa y se sienta a mi lado. Empieza a acariciarme la espalda y yo dejo mi taza de té y me apoyo en él. Al cabo de unos minutos me olvido del cuarto, del desorden, de todo menos de la sensación de su mano en mi espalda y me doy la vuelta para besarlo(...) ...y me pongo a proferir sonidos increíblemente animales al tiempo que el orgasmo más intenso de toda mi vida me recorre de pies a cabeza.

Cuando terminamos estoy agotada y hago algo que nunca había hecho. Me duermo entre sus brazos. "


Bonita frase de un nuevo libro adquirido en la pequeña "colección de libros" de mi hermana. Me apetecía compartirla con vosotros ^^




Celia Hernández

sábado, 16 de octubre de 2010

No estaba preparada.


Intentaba que esto no pudiese conmigo. No pensaba en ello. Sabía que llegaría, pero intentaba no darle mucha importancia. Simplemente hacerme a la idea de que acabaría pasando y punto, se sigue adelante no pasa anda, no es el fin de el mundo. No amargarme antes de tiempo porque sabía lo duro que me resultaría despues. "Nos seguiremos viendo", hablaremos por teléfono cada día, será como si siguieses aquí. Autoengañarme. No aprendo.

Bien, ya no estas aquí y aunque sigamos hablando y haciendo como si todo siguiese como siempre, no es así. De vez en cuando me doy realmente cuenta de que no estas aquí y todo lo que eso conlleva. Es decir, de que hay bastantes km de distancia, de que eso puede enfríar la relación, de que mi autoestima está cada vez más jodida, de que estoy volviendo a ser la persona que era antes de conocerte, cada vez más cerrada y más fría. Y esque para qué negarlo, no estaba preparada para estar sin ti. No estoy preparada para verte solo 1 vez cada mes (con suerte), para reducir tan rápido esta dósis a la que estaba acostumbrada.
Ahora son otros los que disfrutan de ti, los que te sacaran sonrisas, los que comparten tu día a día. Les tengo envidia.

Y esque no sabía lo importante que puede llegar a ser una persona en tu vida y todo lo que esto supone. Porque además de alegrías, lleva penas, además de felicidad, lleva tristeza. Aunque se que soy afortunada, porque he llegado a sentir todo esto. Siempre te expones al abrirme tanto a una persona, pero es un riesgo que merece la pena correr. Esto tan solo es "la parte no tan buena de todo".


Celia Hernández.