miércoles, 28 de julio de 2010

Bien, ¿y ahora qué?

Ahora que todo te iba bien. La verdad, no podías quejarte.
·Tienes unas buenas y verdaderas amigas que están ahí para escucharte y ayudarte.
·Has acabado bien un curso que te ha costado bastante, y no has obtenido malos resultados.
·Tienes ahí a una persona que te complementa, que te hace sentir nuevas emociones y en la que confías plenamente.

Ahora una de esas 3 líneas se tuerce... y tu también te tuerces. Y comienzan los miedos, las dudas, la desesperación, la inquietud. Es tan frustrante no saber qué hacer, mejor dicho, que no te dejen hacer. Ahora solo tienes una frase en mente: ¿Y ahora qué? Qué será de ti durante este año que se avecina, todo está nublado y lo peor de todo es que ni tú puedes hacer que eso cambie. Tendré que buscar soluciones entre las pocas opciones que me quedan y resignarme ya que en esta batalla ya está todo dicho.



Sólo me queda refugiarme en los otros 2 puntos, tirar de ellos que es lo único seguro que tengo por ahora y que deseo realmente con todas mis fuerzas poder decir esto siempre.


Lo demás ya se irá alineando... Resignarse y esperar, no queda otra.





Celia Hernández.

lunes, 19 de julio de 2010

Fluidez


¿Alguna vez has pensado que quizás no todo es tan complicado como piensas?

Es más, a menudo te das cuenta de que no todo es lo que parecía ser.
A veces "aquello" supera tus expectativas, otras no, pero no suele cumplirlas, sino que es todo lo contrario a lo que te esperabas.

Es difícil de explicar.

Tú no esperas que pase algo, que luego por X o por Z suele ocurriendo. Tú no quieres que todo cambie, pero a veces pasa. Tú no ibas buscando aquello, pero ahí estas, metido hasta cuello.



Quizás el verdadero significado de la vida es dejar que todo pase. Que todo se vaya alineando, porque por muy jodidamente entrelazadas que estén las cosas, al final se acaban ordenando.
Dejar que todo fluya, dejarse llevar cuando hay que hacerlo. Y parar cuando no es conveniente seguir por ese camino, parar, parar elegir otro distinto. Cambiar de rumbo, para acabar llegando a ese destino que puede que estuviese ya elegido desde hace tiempo.


Seguir adelante.

Al final todo te llevará a algo, de eso podemos estar seguros.

Y es a través de ese camino, empedrado a veces, otras tan llano que te será de más de fácil recorrerlo, por el que iras descubriendo aquello a lo que llaman vida.

Solo necesitamos tiempo.



Celia Hernández