·Tienes unas buenas y verdaderas amigas que están ahí para escucharte y ayudarte.
·Has acabado bien un curso que te ha costado bastante, y no has obtenido malos resultados.
·Tienes ahí a una persona que te complementa, que te hace sentir nuevas emociones y en la que confías plenamente.
Ahora una de esas 3 líneas se tuerce... y tu también te tuerces. Y comienzan los miedos, las dudas, la desesperación, la inquietud. Es tan frustrante no saber qué hacer, mejor dicho, que no te dejen hacer. Ahora solo tienes una frase en mente: ¿Y ahora qué? Qué será de ti durante este año que se avecina, todo está nublado y lo peor de todo es que ni tú puedes hacer que eso cambie. Tendré que buscar soluciones entre las pocas opciones que me quedan y resignarme ya que en esta batalla ya está todo dicho.

Sólo me queda refugiarme en los otros 2 puntos, tirar de ellos que es lo único seguro que tengo por ahora y que deseo realmente con todas mis fuerzas poder decir esto siempre.
Lo demás ya se irá alineando... Resignarse y esperar, no queda otra.
Celia Hernández.